Por Carolina Cal (Ella)

¿Cuáles son las primeras imágenes que te vienen a la mente cuando piensas en autocuidado? Quizá las mascarillas, los días de spa y las sesiones de mindfulness sean algunas de las ideas más populares. Lamentablemente, para la comunidad latinoamericana en el Reino Unido, éstas están lejos de ser una realidad accesible. Teniendo esto en cuenta, LAWRS desarrolló e impartió un programa en línea y presencial de Activismo y Bienestar adaptado a las necesidades específicas de las mujeres de nuestra comunidad. 

En 1988, tras ser diagnosticada de cáncer por segunda vez, Audre Lorde dijo en la publicación A Burst of Light “Cuidar de mí misma no es autoindulgencia, es autoconservación, y eso es un acto político”. Como mujer negra y cuir que pasó gran parte de su vida en la lucha  por los derechos civiles en Estados Unidos, Lorde reflexiona sobre la importancia del autocuidado como forma de resistencia política.  Lorde propone un enfoque radical del cuidado que va más allá de la idea capitalista e individualista y , muy diferente a la idea blanqueada del autocuidado que vemos a menudo en los posts de instagram. 

Conceição Evaristo, una escritora negra brasileña, dijo: “ellos acordaron matarnos, pero nosotros acordamos no morir”. Por “ellos” Evaristo entiende el Estado y por “nosotros”, la comunidad negra brasileña. En ambos contextos, Lorde y Evaristo señalan una estructura estatal que desestima y mata a la comunidad negra en sus respectivos países, y frente a estas estructuras racistas opresivas, resaltan la importancia de la organización y el cuidado en y para  la comunidad. 

En LAWRS, creemos que el cuidado en comunidad consiste en utilizar nuestro poder e influencia para apoyar y solidarizarnos con nuestras comunidades cuando los sistemas en los que existimos no lo hacen. Como organización liderada por y para mujeres negras, minoritarias y migrantes, también entendemos que nuestras experiencias en la diáspora son en gran medida de supervivencia y que eso nos deja con tiempo limitado para reflexionar sobre nuestro propio ser y nuestras trayectorias. Basándose en la idea de autocuidado propuesta por Lorde, LAWRS desarrolló e impartió el programa Activismo y Bienestar de mayo a agosto de este año.

El programa buscó que las mujeres latinoamericanas reconectaran con su cuerpo, su mente y su esencia cultural. Acompañándolas por el viaje de cuestionarse quiénes son como individuos y como comunidad, cuál es nuestro papel en la sociedad y qué podemos hacer para cambiar el sistema en el que vivimos.El programa incluyó sesiones de yoga, mindfulness, charlas en línea sobre la pobreza de época, microagresiones raciales, sobre la diversidad sexual y de género, el uso de las artes para hacer activismo y mucho más, así como una serie de talleres de “pintar con el cuerpo” y sesiones sobre la importancia de documentar y archivar las historias latinoamericanas. Todo ello impartido por y para mujeres latinoamericanas.

 

 La actividad central del programa fue la serie de cuatro talleres Cuerpos, colores y canciones, en los que se invitó a los participantes a utilizar sus propios cuerpos y herramientas de pintura no convencionales para pintar grandes lienzos blancos mientras escuchaban sus canciones latinoamericanas favoritas. Los talleres fueron desarrollados e impartidos por Gandaia en colaboración con Migrantes en Acción (MinA) y LAWRS. Estos fueron financiados por el Arts Council England y Comic Relief. El proyecto cubrió gastos de transporte, guardería y alimentos. Gracias este apoyo más de treinta mujeres de habla portuguesa e hispana participaron en las sesiones . Como madre soltera superviviente de la violencia de género, una participante de El Salvador destacó la importancia de tener no sólo un espacio para compartir, sino que también se consideraron sus necesidades para poder participar: “Si no fuera por la guardería que se me proporcionó, no hubiera podido asistir a los talleres”. 

 

Una participante ecuatoriana describió su momento favorito cuando “bailamos todas juntas, y sentí la música en mi alma; bailé tan felizmente, como no había bailado en mucho tiempo”. El poder de las celebraciones comunitarias va más allá de la energía que crean en ese momento. Esto fue claro en la segunda sesión, cuando las participantes mencionaban, que se sentían más positivas ante la vida después de la primera  reunión. 

El aislamiento, la inseguridad económica agravada por la actual crisis del coste de la vida y la falta de movilidad social surgieron como factores comunes en el proceso y los sentimientos migratorios de los participantes. Como describió una brasileña, “mi alegría está en los recuerdos del pasado en América Latina más que en mi vida en el Reino Unido”.

Como sugiere Lorde, la alegría es una energía para el cambio añadiendo que los sistemas que nos oprimen quieren quitarnos el derecho a la alegría y cultivar el miedo en su lugar. Las celebraciones son un elemento importante para nosotros en América Latina. Históricamente, ha sido una forma en que, especialmente los pueblos indígenas y los africanos se han organizado para sobrevivir a la opresión en Latinoamérica. Disminuye las tensiones, rompe las barreras, conecta a las personas consigo mismas y con un propósito, y como otra participante describió la actividad de pintar: “(me) permite vivir el momento presente y olvidarme de todos mis problemas”. Los momentos de alegría pueden dar energía, devolver la esperanza y ser una palanca para el cambio social y colectivo.

El proyecto “Cuerpos, colores y canciones” deja a LAWRS algunas reflexiones. En primer lugar, sobre la importancia de crear espacios seguros, así como la necesidad de que los financiadores comprendan la relevancia de los mismos. En segundo lugar, una reflexión interna para nosotrxs en LAWRS sobre cómo podemos activamente buscar espacios comunes donde hay un autocuidado desde lo político como parte de LAWRS y de la comunidad latinoamericana en general. Especialmente para dar espacios seguros para quienes se encuentran en posiciones más marginalizadas como resultado de la violencia estatal. 

En este sentido, mientras el gobierno sigue proponiendo proyectos de ley que discriminan a las mujeres migrantes, es crucial dar un paso atrás y reflexionar sobre qué podemos hacer política, socialmente como comunidad para aminorar el daño que los gobiernos y sus instituciones inflingen en contra nuestra y de nuestras comunidades.